Hace unos días tuve la oportunidad de obtener una media beca para un Postgrado, por nada en especial, simplemente porque se dieron x circunstancias. O sea no es para sentirme orgullosa, porque no hice nada sobresaliente al respecto, sino que era una oportunidad, una buena oportunidad que se nos presentó a otras chicas y a mí. Y la verdad es que rechace la posibilidad, por motivos que no vienen al caso contarles.
En los últimos siete u ocho años, cuando empiezo algo, intento elegir algo que sé que voy a terminar. No siempre fui así, empecé muchas cosas que deje por la mitad, desde deportes, estudio de idiomas o de otras materias, otros postgrados, etc. Y también terminé muchos cursos u actividades. Supongo que me muevo en una especie de mezcla entre lo que sí termino y lo que no. No sé si todas las personas funcionan de esa manera.
Aunque parezca extraño, el no haber aceptado esa media beca, me hizo reflexionar sobre cómo estoy empleando mi tiempo libre, en si lo estoy usando adecuadamente, en qué cosas estoy gastando las horas que me quedan hasta mi muerte, aunque suene medio patético, jajaja. Trabajar, trabajo, y la verdad es que me esfuerzo mucho en lo que hago. No sé si seré la mejor o la peor, pero pongo mucho de mí en mí profesión, porque lo tomo como un servicio para la sociedad, aunque nadie lo perciba de esa forma.
Pero lo que si sé es que me gustaría usar
mejor mi
tiempo libre u ocioso, como quieran llamarle. Hacer algo más productivo, para mí y para otras personas. Desde leer más, aprender más, capacitarme, viajar, conocer otras lugares y ayudar a otras personas. No sé, pero últimamente siento que el tiempo que le dedico a las redes sociales o a estar conectada en programas de mensajería instantánea, es algo que no me lleva a ningún lado.
No digo que esto le pase a otras personas, seguramente a muchos les sirve para su trabajo, para hacerse conocido, para generar relaciones, para informarse, etc. Pero a mi edad me doy cuenta que no necesito de las redes sociales o del chat para hacer amigos, los buenos amigos los hice en la vida real (aunque suene como una vieja) en el colegio, en la universidad, en salidas con otros amigos, etc.
Tampoco soy una persona que necesita tener muchos seguidores en las redes sociales o mostrarse en fotos, mi ego no depende de eso. Quizás por una cuestión generacional, quizás porque no entiendo nada de nada o quizás porque valoro otro tipo de cosas. Pero en general, este tipo de personajes (cuya vida gira en torno al personaje que se crearon en Twitter o que no pueden vivir sin la repercusión que generan sus comentarios en las redes sociales), creo que rayan un poco en el patetismo. Y lamento si alguien se siente ofendido.
Amo Internet, me encantan las redes sociales, y siempre me fascinaron los blogs. Pero creo que a cierta altura de la vida, estar pendientes de las menciones, los RT y cuanta boludez más se les ocurra, es algo que atenta contra
mi inteligencia. Hay gente que es feliz en ese “mundo imaginario”, en donde se consideran importantes. Yo creo que son personas con dificultades emocionales, o mejor dicho, con una autoestima algo atrofiada. No digo que pase en muchos casos, pero si en algunos. ¿No lo ven así?
- La verdad es que aspiro a algo mejor para mí. No quiero perder tanto tiempo en las redes sociales, creo que es hora de hacer cosas más provechosas por mi y por otros. Esto no significa que sea fácil, supongo que al ser algo adictivas las redes sociales, cuesta dejarlas. Espero que lo logre, no sé si tendré éxito, pero me gustaría encontrar mejores actividades en qué invertir mi tiempo libre. Me parece que existe un mundo de oportunidades afuera de la pc, que merecen ser aprovechadas por mí y quizás también por muchos de ustedes. ¿No les parece? ¿Alguna vez pensaron en algo parecido? ¿En qué invertirían su tiempo sino estuvieran tan pendiente de las redes sociales?